La diseñadora Natalia Orozco despliega su creatividad en prendas con tintes naturales en Latinoamérica y Europa.
Ella es una convencida de que quien no arriesga, no gana. Y que con la convicción de perseguir sus sueños, nada es imposible.
Habla la naturaleza en cada uno de los diseños textiles que crea desde sus manos jujeñas donde la simpleza conlleva una fuerte cosmovisión andina de respeto por la tierra y la abundancia que se genera a su alrededor. Es así como Natalia Orozco concibe el arte textil y lo comparte desde su hacer artesanal que se nutre de saberes ancestrales y tintes naturales.
La materialización de su sueño de infancia hecho sello independiente y autogestivo, pudo ver la luz en distintos países de Latinoamérica y Europa. Y en la unión de su creatividad con la moda sostenible radica ese estilo que nació para innovar en el universo donde todo es ingenio y habilidad.
Un impulso le hizo conocer los textiles, gracias al estudio universitario en Tucumán que le abrió un circuito destinado a crecer gracias a capacitaciones sobre diseño argentino artesanal y sostenible. “Para ese momento en 2012, lo veía todo muy futurista. Tenían un programa de artesanos y diseñadores y me interesó”, contó Orozco.
No obstante, la idea se fijó en su mente cuando un círculo cromático con lanas colores y teñidas con tintes naturales, terminó por convencerla del todo. Era por ese rumbo, que el instinto le dictaba seguir. Viajó a Tafí del Valle y redescubrió la cadena de valor que la lana tiene, a través de sus raíces norteñas y buscó innovar con inventiva. Y la influencia de aquellos artesanos que trabajan con las manos, fue la principal motivación para irrumpir en un camino autodidacta.
“Elegí trabajar con textiles porque para mí significa unir la identidad cultural y la naturaleza, los colores, son prendas teñidas”, comentó la diseñadora.
Con la intención de hacer moda sostenible y libre de químicos, empezó a cursar talleres sobre confección de indumentaria y, desde su labor, quiso movilizar cambios. “Desde mi percepción, en lo que implica la moda actual, lo siento ajeno a mí. Por eso me encanta reconocerme en mis raíces”, sostuvo quien realiza cursos de moldería, sin residuos textiles y con un proceso de producción sin químicos, ni accesorios de plástico.
DISEÑO JUJEÑO EN ITALIA | SESIÓN FOTOGRÁFICA EN LA CIUDAD DE FLORENCIA.
En el año 2017 entró a concurso para el mercado cultural de artesanos y diseñadores y con una colección le dio rienda suelta a la imaginación en la feria “Puro Diseño”. “Pigmento” marcó el inicio de su anhelo más preciado. Crear para compartir, correspondiendo a las bondades de su entorno.
Y Buenos Aires resultó ser uno de los escalones para las convocatorias donde se prioriza la moda alternativa. Presentó “Bosque alado”, con un alma de lucha, esfuerzo y voluntad. “Fui parte del colectivo universo Mola, que tiene una semana de moda sostenible con diseñadores. En 2022, me gané una beca y me postulé, en 2023 presenté ‘Wiñay Pacha’ otra colección que sorprendió”, describió la jujeña que el año pasado obtuvo la beca para seguir formándose en Italia, esta vez, en el curso de Fashion Portfolio de la universidad Polimoda.
Junto a diseñadores de Latinoamérica, Orozco aprendió del diseño gráfico y dirección de arte con más tecnología. Además de abrir sus conocimientos para conocer sobre los formatos de moda ecológica. “Tuve hermosas experiencias en Punta del Este, Uruguay; y San Pablo, Brasil; en este último país son muy exigentes. Fue una gran oportunidad a nivel de crecimiento y de aprendizaje porque te abre contactos a otros caminos para seguir escalando”, reveló la jujeña que participó del Brasil Eco Fashion Week, logrando reconocer el acervo cultural del país carioca por lo indígena y amazónico de su origen, sumando lo afrodescendiente natural en sus identidades. “Llevé mi colección de modo sostenible y después de haber vivido experiencias, veo lo importante que es que sepamos reconocer nuestra cultura y orígenes. Me siento feliz de ser jujeña y poder alcanzar mi sueño”, expresó -emocionada- de sus logros.
MAR DEL PLATA | LA ALEGRÍA DE LA DISEÑADORA -1º IZQ.- CON LAS MODELOS.
Orgullosa de su identidad y raíz, agradece a la tierra por la abundancia con la que puede trabajar. “Elijo tener un algodón crudo y no blanqueado para no generar químicos y tampoco contaminar el agua. Yo tiño a mano los textiles con plantas naturales”, contó valorando el oficio del tinte en textiles gracias a las plantas y flores. Con un profundo respeto por la naturaleza que está en cada detalle de su moldería, Orozco eleva la cosmovisión andina en una paleta de colores que habita en los rincones de nuestro suelo. Su arte fue visto en Florencia, Italia; La Coruña, España; París, Francia; San Pablo, Brasil; Punta del Este, Uruguay; y, recientemente, en el hotel Costa Galana de Mar del Plata; donde la esencia de las prendas se tradujo en una devoción por el oficio, por la alquimia del hacer artesanal en piezas confeccionadas para romper el molde a través de lo hecho a mano, sin estándares.
