En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, las calles de Tilcara, Maimará y Mahuaca se llenan de color, fe y comunidad cada Viernes Santo, cuando las ermitas, verdaderas obras de arte efímero, vuelven a narrar las estaciones del Vía Crucis.
Estas creaciones, confeccionadas con flores, semillas, tierras de colores, frutos y hojas, son mucho más que una expresión religiosa: son un testimonio de la identidad jujeña, un acto de unión colectiva y un legado que ahora se protege a través de un concurso que involucra a las nuevas generaciones.
Este sábado 19 de abril, la plaza Antonino Pelot de Tilcara será el escenario de una exposición que busca mantener viva esta tradición única.
Las ermitas, que representan escenas del camino de Jesús hacia la cruz, son un ritual profundamente arraigado en la región. En Tilcara, familias, escuelas, hospitales y museos se reúnen cada año para crear estos cuadros llenos de simbolismo, donde cada pétalo y cada grano cuenta una historia de devoción y creatividad. “Es un arte colectivo que nos congrega a todos. Desde chicos aprendemos a cortar flores, seleccionar semillas y trabajar en equipo”, explicó Elizabeth Méndez, museóloga y organizadora del concurso, en diálogo con Cadena 3.
Su voz refleja el orgullo de una comunidad que no solo honra su fe, sino que también celebra su capacidad de transformar la naturaleza en arte.
Conscientes de que las tradiciones necesitan renovarse para sobrevivir, los organizadores de Tilcara han dado un paso audaz este año: un concurso de ermitas dirigido a niños y jóvenes, que se realizará este sábado a las 10 de la mañana en la plaza Antonino Pelot, frente a la icónica iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
La iniciativa busca incentivar a las nuevas generaciones a involucrarse en esta práctica ancestral, que combina espiritualidad, trabajo comunitario y un profundo respeto por el entorno. “Queremos que los chicos cultiven esta tradición desde temprana edad, como hacíamos nosotros. Es una forma de darle valor cultural al arte religioso”, afirmó Méndez, recordando cómo sus padres la guiaban de niña en la recolección de materiales para las ermitas.
El concurso no solo premiará la creatividad y el detalle de los diseños, sino que también servirá como un espacio de aprendizaje y transmisión cultural. Escuelas como la Normal de Tilcara, instituciones como el Hospital Salvador Mazza y el Museo Soto Avendaño, y numerosas familias participarán, cada una aportando su visión única a los cuadros de dos por tres metros que adornarán la plaza.
Los motivos religiosos, cargados de simbolismo, se entrelazan con elementos naturales que reflejan la conexión de los jujeños con su tierra, desde las tonalidades ocres de las tierras quebradeñas hasta los vibrantes pétalos de las flores silvestres.
Un destino imperdible en Semana Santa
Las ermitas jujeñas son mucho más que una actividad religiosa: son una experiencia que invita a los visitantes a sumergirse en la riqueza cultural de la Quebrada de Humahuaca. En Maimará y Mahuaca, los cuadros también florecen en las calles, creando un corredor de fe y arte que atrae a turistas y peregrinos durante la Semana Santa. “Tienen que disfrutarlas y conocerlas. Las ermitas son un destino necesario”, destacó Méndez, invitando a todos a ser testigos de esta manifestación que combina devoción, estética y comunidad.
Informe de Elisa Zamora.