Al cumplirse 188 años de este acontecimiento, que dio lugar a una de las manifestaciones de fe más importantes del NOA, las bandas de sikuris se preparan para participar de las celebraciones. Entre ellas la Banda de Sikuris “Nuestra Señora de Fátima”, fundada en 1997 y conformada únicamente por mujeres.

Una de las integrantes, Amancay Gaspar, se refirió a los festejos y recordó que además este año la feligresía de Tilcara celebra los 50 años del desdoblamiento de las imágenes, hecho que dio origen a la Virgen del “Abra” de Punta Corral.

En esa línea, rememoró, “Cuando la Virgen de Punta Corral empieza a bajar por Tumbaya, por diferentes decisiones, el pueblo de Tilcara se queda sin peregrinación. Lo puedo contar porque mi mamá estaba dentro del grupo que luchaba para que la peregrinación continúe por Tilcara. Así se da un duro conflicto entre Tilcara y Tumbaya. Hasta que la Virgen se termina quedando en Tumbaya”.

“Así surge la Virgen del ‘Abra’ de Punta Corral, una Virgen de rasgos indígenas”.

Dicha réplica fue modelada por el escultor Edmundo Diego Villareal, mientras que el primer estandarte fue elaborado por el famoso pintor tilcareño Medardo Pantoja.

Amancay destacó además que este año Tilcara está celebrando 50 años de la Virgen del Abra, a lo que se suman los festejos de los 188° años de la aparición de la Virgen.

“Las bandas de sikuris siempre se están preparando más en esta época”, señaló Amancay. “Generalmente para la celebración esta se hace la novena, como somos varias bandas de sikuris, van saliendo por día las bandas de sikuris y acompañando las novenas”.

Sobre la historia de la banda Nuestra Sra. De Fátima, Amancay destacó que es la primera conformada solo por mujeres.

Sostuvo que antes sólo existían bandas compuestas por hombres y antes “el rol de la mujer era llevar el cartel o el botiquín o ir acompañando al esposo llevando para cocinar, etc, atrás de la banda”.

“En el año 97 unas 22 mujeres decidimos armar nuestra banda de sikuris. Nosotros queríamos ser parte”.

Sobre lo que la impulsó expresó que tuvo que ver con los sentimientos que genera la peregrinación.

“Es muy emotivo ver llegar a los sikureros con toda esa fe, esa alegría de llegar, con sus promesas a cuestas, sus sueños, sus penas, sus pedidos de esperanza y su tristeza”.