Tilcara atraviesa una crisis alarmante en la que el alcohol y las drogas, como la pasta base, afectan gravemente a sus jóvenes. Sin embargo, esta problemática se intensifica durante la temporada alta, cuando inversionistas externos abren locales en Tilcara, promoviendo fiestas donde el consumo de drogas se torna desvergonzado y fuera de control. En estos espacios, la adicción se normaliza, alimentando un ciclo de abuso que compromete la salud pública y el futuro de la comunidad.
La falta de políticas de prevención y de control en estos períodos vulnera aún más a los residentes locales. Mientras los jóvenes buscan un escape a sus frustraciones en el consumo de sustancias, la comunidad enfrenta un abandono sistemático de recursos y asistencia. La situación exige respuestas políticas urgentes para evitar que el alcohol y las drogas sigan deteriorando el tejido social y destruyendo a una generación.

